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Ante la posibilidad de pintar el ascensor de las oficinas de la fundación COTEC, se plantea la opción de dibujar un campo neuronal inspirado en los dibujos de Santiago Ramón y Cajal. Se elijen los dibujos del científico no solo por la poética que desprenden, sino por la conexión estética que me influencian cuando trabajo con tinta china sobre papel o sobre pared.

La intervención exterior integral del ascensor busca el juego del desplazamiento de personas como si fueran ideas o impulsos eléctricos que suben y bajan. Es también una alusión a las múltiples posibilidades cognitivas y de acción que tienen las personas con discapacidad. Personas que en muchos casos sencillamente no pueden expresarse con plenitud a causa de muchos factores, entre ellos los visibles prejuicios a los que son sometidos y el diseño de una sociedad que apenas empieza a contemplar nuevas formas de comprender.